viernes, 15 de abril de 2016

Un mundo que no vemos: Los virus


¿Qué os parece si empezamos hoy definiendo que son los virus?

AVISO IMPORTANTE: A partir de este mismo instante mi objetivo principal es, haceros ver lo extraordinario y fantástico que es el mundo de los virus. Una vez os adentréis conmigo en esta caótica, compleja y difícil naturaleza, no querréis salir. Por tanto, ¿Estáis preparados?

¡Comencemos!

Érase una vez… un mundo imaginario, de ciencia ficción en el que encontramos guerreros invisibles… ¡No, No y No!  Primera regla, para todos los que no quieran creerlo, este mundo invisible si existe y está compuesto por diferentes tipos de seres microscópicos y entre ellos están los virus.

Los virus son partículas formadas por material genético (RNA o DNA) que se protege con una cápside y, a veces, también tiene otros tipos de envoltura que suele ser originaria de la membrana de la célula hospedadora (virus con envoltura).

Figura 1. Virus desnudos y virus con envoltura.   http://www.biologia.edu.ar/viruslocal/estructurayclasificacion.htm

Los virus tienen un tamaño muy pequeño (son muchos más pequeños que las bacterias), y por consecuente, tampoco pueden verse a simple vista pero, pueden llegar a verse con microscopios especiales denominados Microscopios Electrónicos.
Pero, ¡Atentos! también existen virus gigantes, de los cuales tendremos una sesión en un futuro próximo, ¡son increíblemente preciosos!

Hay dos características que definen a los virus, su simplicidad y su sorprendente multiplicación. Y esto es lo que personalmente a mí me asombra, seres tan diminutos y tan escuetos puedan acabar con especies animales superiores a los cuales les acompaña una gran complejidad biológica. 
Lo sé, los acabo de dejar como organismos muy perversos pero, creedme algunos no son nuestros enemigos.

Aunque eso sí, todos son parásitos intracelulares obligados, agentes infecciosos que invaden un tipo de célula específica, secuestrándola y usando su maquinaria para poder reproducirse. Con obligados quiero referirme a que forzadamente requieren de estas células hospedadoras para multiplicarse, puesto que son incapaces de hacerlo fuera de ella.

¿Y cómo entran? ¿Cómo pueden invadir un espacio que no es suyo…? Pues… sigilosamente no lo hacen, ya que han evolucionado de tal manera que llaman a la puerta y les abren. ¿Qué poseen para que la célula los consideren como conocidos dejándoles pasar? Es gracias a la existencia de unas moléculas especiales que los virus poseen en su membrana, que tienen la capacidad de reconocer a sus células dianas, esta interacción es reconocida por la célula y abre una gran cascada de eventos posteriores, abriéndoles paso ciegamente a usar la maquinaria propia de ella.
Hay muchísimos virus y muy diferentes entre sí, no existe un patrón único de infección, cada virus para entrar tiene su propio mecanismo que dependerá de las características del mismo.


Una cosa que hay que tener en cuenta es que, cuando invade un virus a su célula hospedadora no tiene por qué originar un final mortífero, como cuando suele acabar con la lisis de la célula hospedadora, porque, a veces, invadir no es sinónimo de peligro y seamos cautos con esto, porque me refiero a que no solo hay que pensar en los virus como seres oscuros, puesto que un virus no es siempre lo que parece, ya que algunos pueden ser buenos.

Y, ¿esto que os cuento ahora a que viene? Pues porque existen virus que pueden ayudar al desarrollo intestinal, otros que pueden ayudar a combatir el cáncer o, incluso a atacar a las bacterias que nos dañan, además son extraordinariamente conocidos como sorprendentes protagonistas en la producción de vacunas.

¡Pero tranquilos hablaremos de todo a su tiempo! 

Hasta la próxima

3 comentarios:

  1. Felicidades por el blog.... y mucha suerte en tu carrera.

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  2. Sencillo, completo y ameno. En muy poco espacio has contado un montón de cosas, y has abierto la boca para muchas más cosas interesantísimas. Y sólo es la introducción, esperaremos con ganas las siguientes entradas.

    Carlos D.

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  3. A por otra entrada entonces, quedo atento.

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