lunes, 7 de agosto de 2017

Las diez historias astrobiológicas - CAPÍTULO III (Segunda parte)

CAPÍTULO  III


Segunda parte


Ahora bien, ¿pueden haber llegado a evolucionar otras formas de vida hasta alcanzar un nivel de consciencia similar o comparable a nosotros? NO tienen por qué ser “humanoides alienígenas” como se representan en reportajes de OVNIS y películas, sino a formas de vida equiparables en cuanto a desarrollo y complejidad tecnológica. Me pregunto cómo será su día a día, si tienen interés en contactar con otros mundos, cómo será su cultura o si tienen miedo a una posible autodestrucción de su civilización…

Muchos textos tratan la evolución de la vida como algo lineal y de complejidad creciente, ya que algunos piensan que una mayor complejidad permite más recursos, por lo que la evolución y desarrollo de la inteligencia sería algo obvio, que debería actuar positivamente la selección natural, sin embargo, la evolución no sólo la controla la selección natural (aunque es una fuerza poderosa) y no solo está operando en una única dirección, con un propósito o finalidad (algo en lo que creen los creacionistas); como decía Darwin “las especies son producidas y exterminadas por causas que actúan lentamente y que existen en la actualidad, y no por actos de creación milagrosa”. Lo que se busca es la supervivencia y la reproducción, no en - si me desarrollo así en el futuro tendré más recursos para sobrevivir -  
La evolución de la vida es mucho más compleja de lo que podemos llegar a imaginar, pues el tamaño de las poblaciones y el azar pueden alterar profundamente la historia evolutiva de un ser vivo.

Observar los registros geológicos nos mostrará que el punto de vista de la evolución lineal de la vida es algo completamente incorrecto; se observa claramente que el planeta, a lo largo de su historia ha recibido numerosos impactos, modificando profundamente la vida terrestre, por ejemplo, los dinosaurios eran los mejores adaptados al ambiente de su época pero, el impacto de un gran asteroide propició una serie de eventos que condujeron a su extinción en la transición del Cretácico al Terciario; en cambio, los ancestros de los mamíferos poseían características adaptativas mejores para sobrevivir en ese nuevo ambiente repentino, pero no los tenían por que sí, los tenían ya previamente, sólo que el cambio en las condiciones medioambientales les permitió tener una ventaja selectiva sobre otras especies competidoras, permitiéndoles ocupar nuevos nichos ecológicos. 
Ese golpe de suerte que cambió las reglas del juego de la vida en la Tierra fue el que provocó la expansión de los mamíferos y, a la larga, permitiría mucho después la evolución de los seres humanos. Desde luego, sin ese evento, difícilmente estaríamos nosotros aquí.

Hemos visto que la evolución de la inteligencia puede llegar a ser bastante complejo y tortuoso, como bien refleja la evolución de Homo sapiens, ¿cómo podemos pensar sobre la posibilidad de la evolución de la inteligencia en otros mundos? La llamada ecuación de Drake (Figura 1) nos da una estimación sobre el número de civilizaciones existentes partiendo de un determinado ritmo de formación estelar.


Figura 1. Ecuación de Drake (Fuente: Libro Carl Sagan, Cosmos)

Cada uno de nosotros podemos darle prácticamente a todos los parámetros unos valores u otros, y las conclusiones a extraer serán diametralmente opuestas; lo que nos proporciona esta ecuación es un medio matemático para expresar nuestra incertidumbre (el cual es prácticamente total), pero es interesante las conclusiones a las que podemos llegar si lo intentamos resolver. 

Veamos:

N* es el número de estrellas en una galaxia; según los astrofísicos puede estar entorno a 2x1011 el valor para la Vía Láctea. 
fp es la fracción de las estrellas que posean planetas; algunos discos protoplanetarios darán lugar a la formación de sistemas planetarios por acreación, pero no siempre será así; por ejemplo, si es habitual que en muchos casos se formen estrellas binarias o múltiples, puede ser mucho más difícil que se formen planetas a partir de los discos protoplanetarios. Pongamos un valor de 1/3, aunque quizás sea realmente un cociente algo mayor...
ne es el valor que indica cuántos planetas habitables pueden existir en el sistema. Factor muy variable, sobre todo para un científico planetario, pero tomando como referencia al Sistema Solar, yo pondría un valor de 2, pues no sólo la Tierra es un mundo potencialmente habitable; quizás Venus, en una época en la que la intensidad de la luz del Sol era menor, contuvo agua líquida y condiciones propicias para la vida; o Marte siempre ha estado siempre ahí como candidato potencial a albergar vida, y luego hay varias lunas en el sistema solar exterior potenciales para la vida, como Europa, Encélado o Titán; además conocemos otros mundos capaces de albergar condiciones propicias para la vida, como Gliese 22-b.
fl es la fracción de mundos en los que puede surgir la vida. Si recordamos los dos primeros capítulos, podemos considerar habitual el fenómeno vivo o muy extraño. Habrá bioquímicos, genéticos, ect. en posturas opuestas. Yo tomaré un valor que creo que es un buen consenso: 1/3.

Observando atentamente, la cosa se va complicando y cada vez los valores, con cada nueva incógnita son más y más subjetivos.

fi es la fracción de los planetas que albergan vida que llegan a desarrollar seres vivos inteligentes. Los físicos darían un alto valor, los biólogos (sobre todo los antropólogos) un valor mucho más bajo, y creo que con más razón, pues tuvieron que suceder muchos eventos casuales para la evolución propicia de Homo sapiens. Sin embargo, quizás debe de haber múltiples formas inimaginables de que surja en otro mundo una forma de vida al menos medianamente inteligente y con consciencia. Imaginemos que hubiera sucedido si en vez de extinguirse los neandertales, son nuestros ancestros los extinguidos; quizás, serían los neandertales los que se harían estas mismas preguntas; tomemos pues un valor prudente de 1/1000.

Luego, el valor fc es la fracción de civilizaciones que quieren establecer una comunicación con otra cualesquiera y que desarrollen la tecnología adecuada para ello (los radiotelescopios, por ejemplo); viendo el único ejemplo del que disponemos, desde el renacimiento hasta la actualidad se han hecho avances impresionantes en el campo científico. También hay que tener en cuenta si están interesados en llevar eso a cabo, pues incluso nosotros mismos tenemos nuestras dudas al respecto; tomemos como valor representativo un 1/100 y por último, fL es el tiempo de vida de una civilización, es decir, cuánto dura una civilización técnica.

Los seres humanos son capaces de realizar acciones buenas como ayudar al prójimo cuando lo necesita, enviar una sonda a los confines del Sistema Solar o de colaborar diferentes países en una estación espacial, pero, también de hacer las peores acciones: las dos guerras mundiales, las guerras por el petróleo y los recursos naturales o el aprovechamiento de altos cargos de su puesto para delinquir son tristes ejemplos de ello. Quizás si hubieran cambiado ligeramente los hechos históricos, a lo mejor en la segunda guerra mundial, con la bomba atómica en poder también de los alemanes nos hubiéramos terminado auto-aniquilado en un sinsentido. Yo tomaré un valor de 1/106, es decir, una probabilidad entre un millón de que sobrevivamos a aniquilarnos a nosotros mismos, porque tal y como va ahora el mundo y el planeta, con el cambio climático, los residuos nucleares y su amenaza como armas de guerra…

En total, el producto de cada incógnita será el valor N:

 N=(2*1011)*(1/3)*2*(1/3)*(1/1000)*(1/100)*(10-6)≈1

El número de civilizaciones en la galaxia saldría un valor cercano a uno redondeando al alza; es decir, muy probablemente nosotros seríamos el único caso en la galaxia de vida inteligente y con capacidad tecnológica, así que podemos dar gracias a los eventos que nos llevaron a la evolución humana…

¡Pero no os deprimáis, que aún no hemos acabado el análisis!; consideremos de nuevo el valor de fL; si consideramos que un cierto porcentaje de civilizaciones aprenden a vivir con su tecnología y sobretodo, consigo mismos (digamos que en vez de ser 1/106 sea un valor algo mayor la supervivencia a largo plazo, digamos 1/102), el valor de N será más alto, de decenas o cientos de civilizaciones.

La conclusión a extraer de la ecuación de Drake es simple: sobrevivir depende del empeño que pongamos. Creo que si a la humanidad le puede la codicia y el poder, al final acabaremos autoaniquilándonos, ya sea por un cambio climático extremo producido por nuestra negligencia del uso de los recursos o bien por una guerra nuclear mundial pero, si tomamos conciencia de ello, la misma tecnología que nos puede destruir y aniquilar a la especie humana puede ayudarnos a lo que considero que además será, tarde o temprano, la clave de la evolución de Homo sapiens en el futuro: el espacio.

¡Hasta la próxima!






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