¿Qué os parece si continuamos con la serie de hepatitis?
Recapitulemos un poco...
Es el turno de la hepatitis C, al igual que el resto de hepatitis, la hepatitis C es una enfermedad del hígado causada por el virus de la hepatitis (VHC) y
son microorganismos que tienen un tropismo por las células del hígado,
produciendo un daño hepático, en este caso, agudo o crónico. Sin embargo, existen bastantes virus que tienen
especial tropismo por las células del hígado, y son causas de hepatitis víricas
como Citomegalovirus, virus de Epstein - Barr y virus Coxsackie al igual que
otros microorganismos como Leptospira interrogans o el virus de la fiebre
amarilla. La infección se encuentra en el parénquima hepático (los hepatocitos)
que provoca la inflamación (hepatitis) y la alteración de la funcionalidad.
Como ya hemos ido viendo en anteriores entradas los virus de
la hepatitis se nombran con letras y hemos hablado del virus de la hepatitis A,
del virus de la hepatitis B y ahora del virus de la hepatitis C, pero se
conocen de momento los A, B, C, D, E y G además, se sospechan de otros. Todas
tienen en común el mismo tropismo, las células del hígado, pero todos los virus
pertenecen a diferentes familias y poseen diferente morfología.
Virus de la hepatitis C
El virus
de la hepatitis C pertenece a la familia Flaviviridae, género Hepacivirus.
Es un virus que se transmite a través de la
sangre por vía sexual, además, de poder transmitirse de la madre infectada a su hijo, aunque a día de hoy es menos frecuente este último caso. El período de incubación de 45-60 días. La evolución es lenta debido a la lenta
replicación viral en las células hepáticas, pudiendo derivar en cronicidad en
aproximadamente un 70% de los casos. Su cronicidad es una de las características principales
del VHC y según la OMS se estima que aproximadamente en el mundo existen 71 millones personas con infección crónica y un número considerable de esas personas desarrollarán cirrosis o cáncer de hígado, aunque los antíviricos pueden curar más del 95% de los casos de infección por el virus de la hepatitis C, reduciendo el riesgo de muerte por cáncer de hígado y cirrosis, pero el acceso al diagnóstico y el tratamiento es limitado.
Organización del virión del VHC
Es un virus envuelto de RNA de cadena sencilla y polaridad positiva; codifica una única poliproteína a partir de la cual se obtienen las proteínas víricas individuales. Es un virus de tamaño pequeño (al igual que el VHB), posee una envuelta lipídica y una cápsida icosaédrica.
Tratamiento
El VHC no siempre requiere de tratamiento puesto que algunas personas eliminan la infección de manera espontánea gracias a su sistema inmune. El tratamiento persigue la cura, aunque depende de varios factores como la cepa del virus y el tipo de tratamiento, aunque los preferidos por la OMS son el sofosbuvir, el daclatasvir y la combinación de sofosbuvir/ledipasvir logrando curación superiores al 95%.
En la actualidad no existe ninguna vacuna contra la hepatitis C, pero se sigue en continuo estudio para encontrarla.
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