El virus de la hepatitis D o virus delta, es un virus
defectivo, que necesita el virus de la hepatitis B (VHB) para infectar. Se
trata de un virus de ARN de una sola cadena.
De acuerdo con la Sociedad Española de Enfermedades
Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) la infección debe sospecharse en
personas provenientes de zonas endémicas como Europa del este, Mediterráneos y
América Central.
Las vías de trasmisión de este virus se asemejan al virus de
la hepatitis B, es decir se trasmite por contacto con la sangre y otros
líquidos corporales de una persona infectada.
Esquema del virus defectivo hepatitis D. Fuente: WikiCommons
Puede ocurrir la infección simultánea de los dos virus en
cuyo caso, se puede cursar una hepatitis leve o grave, incluso puede llegar a
ser fulminante. Por otro lado, un paciente con hepatitis B crónica puede sufrir
una sobreinfección por el virus de la hepatitis D, situación que agrava la
progresión de la enfermedad.
El diagnóstico se puede llevar a cabo mediante la detección
de marcadores serológicos o marcadores moleculares, como la detección del ARN
del virus.
El tratamiento aprobado para este tipo de hepatitis es el
interferón alfa, y la principal medida profiláctica consiste en la vacunación
contra la hepatitis B.
Bibliografía
- SEIMC. Procedimientos de Microbiología Clínica. Diagnóstico microbiológico de las hepatitis víricas. http://www.seimc.org/
- OMS. http://www.who.int/mediacentre/factsheets/hepatitis-d/es/
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