lunes, 27 de noviembre de 2017

La serie de hepatitis. Hepatitis D

Nos acercamos al fin de esta serie sobre las hepatitis. Hoy, exploramos la hepatitis D.


El virus de la hepatitis D o virus delta, es un virus defectivo, que necesita el virus de la hepatitis B (VHB) para infectar. Se trata de un virus de ARN de una sola cadena.

De acuerdo con la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) la infección debe sospecharse en personas provenientes de zonas endémicas como Europa del este, Mediterráneos y América Central.

Las vías de trasmisión de este virus se asemejan al virus de la hepatitis B, es decir se trasmite por contacto con la sangre y otros líquidos corporales de una persona infectada.



Esquema del virus defectivo hepatitis D. Fuente: WikiCommons


Puede ocurrir la infección simultánea de los dos virus en cuyo caso, se puede cursar una hepatitis leve o grave, incluso puede llegar a ser fulminante. Por otro lado, un paciente con hepatitis B crónica puede sufrir una sobreinfección por el virus de la hepatitis D, situación que agrava la progresión de la enfermedad.

El diagnóstico se puede llevar a cabo mediante la detección de marcadores serológicos o marcadores moleculares, como la detección del ARN del virus.

El tratamiento aprobado para este tipo de hepatitis es el interferón alfa, y la principal medida profiláctica consiste en la vacunación contra la hepatitis B.

Bibliografía

  • SEIMC. Procedimientos de Microbiología Clínica. Diagnóstico microbiológico de las hepatitis víricas. http://www.seimc.org/
  • OMS. http://www.who.int/mediacentre/factsheets/hepatitis-d/es/

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